lunes, febrero 23

SANTUARIO DE LA MEDALLA MILAGROSA (II)

LOS SANTUARIOS Qué es un Santuario:

Antes de comenzar un estudio acerca de los Santuarios, es importante conocer qué es un “Santuario”, para poder estar ubicados en el contexto de lo que se quiere profundizar. Por eso daré unas pequeñas aproximaciones al planteamiento que seguramente nos servirá para inquietarnos más y de esta manera ir a buscar más fuentes que nos guíen al respecto.

Digamos por tanto y en primer lugar que el Santuario es el lugar del encuentro Sacramental con Dios. Allí se experimenta la cercanía y presencia del Creador. Este es también un lugar de acogida; de ahí la importancia de la preparación de las peregrinaciones. El Santuario se convierte por tanto en el lugar donde la Iglesia ora de forma comunitaria, pero también de forma privada o personal. El Santuario es también esa oportunidad para desarrollar un trabajo misionero y desde diferentes perspectivas (según le parezca a quien esté a cargo de ellos). El Santuario por tanto reúne al pueblo para Dios. He aquí que el Santuario es un lugar que está al servicio de la misma fe – hay que tenerla (la fe) para poder aceptar que allí Dios es el principal protagonista. Allí necesariamente se recibe el mensaje de la Palabra de Dios, pues nos recuerda el Evangelio de Cristo, que se va manifestando al mismo hombre en las experiencias mismas de su vida personal. Los Santuarios son para muchos peregrinos un momento especial de un alto en el camino para un “descanso interior” que le dará la posibilidad de volver a comenzar con buenos ánimos y revitalizado.

    “Por el nombre de Santuario se entiende una Iglesia o recinto sagrado destinado a la celebración pública del culto divino, que por algún motivo especial de piedad es constituido por los fieles como meta de peregrinaciones para impetrar gracias o cumplir votos”1.

Si nos vamos al derecho canónico, también encontraremos una definición que nos ayuda a comprender de alguna manera el fenómeno de los Santuarios, empezando por su significado.

    “Con el nombre de Santuario se designa una Iglesia u otro lugar sagrado al que, por un motivo peculiar de piedad, acuden en peregrinación numerosos fieles, con aprobación del Ordinario del lugar”2

Si miramos las dos definiciones podemos observar cómo la diferencia entre una y otra noción es significativa, pues en la primera se coloca el acento en los fieles que constituyen el Santuario y como meta de peregrinación, en donde se cumplen votos o se esperan gracias. Y en la segunda noción se pone el acento en ser un lugar de peregrinación de numerosos fieles y que además debe contar con una aprobación oficial.

Si queremos profundizar en todo lo que se refiere a los Santuarios, podemos acudir al Derecho en los numerales siguientes al ya citado.

De esta manera el Santuario se convierte para nosotros en una suerte y un desafío en esa tarea de experimentar una buena pastoral de “La convocatoria de Dios a todos los hombres”.

    1. Los Santuarios en Colombia:

Cuando uno se adentra en el estudio de los procesos de evangelización de los pueblos, se descubre que el Evangelio en ellos ha sido anunciado, presentando a la Virgen María como su realización más alta. Nos referimos por tanto a que las devociones de los Santuarios influyen bastante, o han influido en los procesos de la fe del pueblo creyente y en muchas ocasiones ha transformado el corazón de quienes no lo eran.

Nos encontramos en Colombia especialmente con una variedad de oportunidades religiosas que enriquecen la devoción popular, pero que sobre todo aporta a la vida de la Iglesia, del fiel y para la salvación.

Entre los muchos Santuarios de diversas devociones y advocaciones se resaltan sobre todo los marianos que han tenido una larga trayectoria en la formación de pueblos y comunidades eclesiales. Es que desde los orígenes – sobre todo en su aparición y devoción de Guadalupe -, María ha constituido el gran signo del rostro maternal y misericordioso, de la cercanía del Padre y de Cristo con quienes ella nos invita a entrar en su comunión3.

Si profundizamos un poco en este numeral de este documento de la Iglesia, vamos a descubrir que este va a sintetizar lo que llamaríamos “el hecho mariano” y que abarca prácticamente cinco siglos de nuestra historia de ese ya conocido proceso de evangelización y que he mencionado anteriormente.

Es interesante por ejemplo preguntarnos cómo fue ese proceso de ingreso y también cuáles fueron esos momentos claves en su itinerario en Latinoamérica y especialmente en Colombia.

(Est. Robinson Silva, cm. en homenaje a los 50 años del Santuario)

No hay comentarios: