
"Démonos enteramente a la práctica de la oración que por ella nos vendrá todo lo bueno.
Si perseveramos en nuestra vocación, es gracias a la oración.
Si tenemos éxito en nuestros trabajos, es gracias a la oración.
Si no caemos en pecado, es gracias a la oración.
Si permanecemos en la caridad y nos salvamos es gracias a la oración y a Dios.
Así como Dios no niega nada en la oración, tampoco concede casi nada sin la oración"
SVP XI,407