jueves, junio 18

SANTUARIO DE LA MEDALLA MILAGROSA (VIII)


REFLEXIÓN TEOLÓGICA EN TORNO AL SANTUARIO

Después de realizar una investigación desde los datos históricos, me parece oportuno hacer una reflexión teológica en torno a este “fenómeno”; porque si bien hablamos de 50 años de surgimiento, este ha de significar algo mucho más profundo en la vida de la Iglesia. Además porque la piedad popular tiene que conducirnos de alguna manera al punto esencial, para no quedarnos en simple romanticismo, es decir, centrarnos a todos en la fe desde la Palabra.

    1. El Surgimiento, fruto del primer anuncio

Digamos entonces en primer lugar que su surgimiento es la plena manifestación de Dios que es don y que es gracia. Es el regalo que Dios nos puede dar como fruto del amor profundo a la fe. Una fe que fue probada en su momento, a una comunidad concreta y que se hace servicio para los demás. Desde una interpretación un poco clásica, podríamos pensar que el surgimiento del Santuario fue fruto del llamado específico del Señor para trabajar en el anuncio de la Buena Nueva. Es decir, “Lo que han recibido gratis, dadlo gratis”. Es la manera como se desarrolla ese anuncio Kerigmático y que ahora está listo para darlo a otros. Si nos detenemos vemos cómo se ha extendido no sólo a una comunidad, sino también a otros agentes y siempre permanece listo para ofrecerlo a otros que quizás aún no les ha llegado.

Puede ser aquel anuncio de que María es la Madre del Señor, el Hijo de Dios, que se hizo Carne y que habitó entre nosotros para ofrecernos su amor, su misericordia. Para demostrarles a los demás que Dios a pesar de nuestra infidelidad, permanece cerca y fiel, a través de María. Ella que siempre estuvo atenta al fiat, y que se convierte para nosotros en ese reto a favor de la fe para que sea cada vez más sólida y firme.

    1. A nivel Cristológico

María siempre nos está recordando al Hijo de Dios, el mismo que se entregó en la cruz. Junto a esa cruz precisamente se encontraba su Madre que un poco turbada esperaba con esperanza que se cumpliera lo que estaba plasmado en las Escrituras, es decir, que se había entregado por la salvación de todos. Es que la entrega, la donación de María a través de su hijo nos recuerda a todos que debemos donarnos cada día para alcanzar la gloria del que nos mira siempre con ojos compasivos, Nuestro Padre Dios. Es por eso que María es modelo para todos los creyentes en Cristo.

Recordemos además cómo Jesús se dirige a Juan para decirle “He ahí a tu Madre”. La ofrece para que sea acogida, y al aceptarla nos pone al frente de una tarea específica y es la de seguir mostrándole al mundo que Jesucristo es el Señor, nacido de una mujer y ahora ella es intercesora de todos; se ha convertido en la Madre de todo el genero humano. Es entonces Dios mismo que manifiesta su amor, su poder y grandeza a través de la Madre de su Hijo, para que sea acogida como modelo para la Iglesia.